Hace 19 años, una caricatura y el poder

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Pedro León Zapata publicó una caricatura cada día por más 50 años en El Nacional. Sus zapatazos hicieron historia y también resultó histórica la ocasión en que una de sus caricaturas molestó al poder, molestó al chavismo.

“Aclárame esto, Zapata: tu piensas así o te pagan para que opines así”, le preguntó el presidente en una cadena nacional de radio y televisión, después de que una caricatura criticara la militarización a propósito de un debate sobre la sociedad civil. Era octubre del año 2000.

Zapata no sólo fue un caricaturista, fue un reconocido artista plástico y muralista que estudió en México en los años 1950. Fue un ícono en materia de opinión pública, ya que sus caricaturas encontraron eco y resonancia en la sociedad, en muy diversos momentos.

La caricatura que molestó a Chávez, ilustrada con un sable, decía: “A mí me gusta la sociedad civil firme y a discreción”.

Aunque no se refería directamente al presidente, apareció en medio de un fuerte debate sobre el papel de la sociedad civil y de cómo sus organizaciones deben participar en el proceso de selección del Poder Ciudadano (Fiscalía, Defensoría del Pueblo, Contraloría, autoridades electorales).

El dibujante y humorista dijo, en aquel momento, que era la primera vez que una caricatura suya molestaba tanto a un gobernante, pese a que durante más de cuatro décadas había hecho humor a costa de presidentes y sus respectivos gobiernos.

“Esta es la primera vez que me ocurre y me ha permitido darme cuenta que la caricatura sirve de algo, que la caricatura además de causar molestias puede ir más allá”, comentó. Zapata atribuyó el hecho de que nunca antes se le reprendiera por un dibujo a que los jefes de Estado “saben perfectamente que eso no hace daño y que más daño hace un político sin caricatura, un político no llega a ninguna parte sin caricatura”.

En aquel año 2000, el reclamo de Chávez, hecho el 20 de octubre en una cadena nacional de radio y televisión, provocó una oleada de artículos de prensa y programas de radio y televisión, que revelaron el consenso existente en torno a la independencia de Zapata y a su destacada labor como creador.

“En sus cuatro décadas de caricaturas resplandecen los atributos más cabales y respetables del intelectual probo: una independencia absoluta respecto del poder, una crítica permanente de las ideas manidas”, comentó el escritor Ibsen Martínez, hace 19 años.

En un largo artículo de prensa que dedicó al presidente, Martínez le sugería a Chávez que le pidiera excusas a Zapata. Esto “no disminuiría en nada el predicamento de que goza, no solamente entre las masas venezolanas, sino entre muchos hombres y mujeres de ideas”. Chávez nunca lo hizo.

“Para ser Pedro León Zapata no hay precio. Zapata no tiene precio, goza sí de general admiración”, apuntó El Nacional en un editorial en respuesta a Chávez.

Según Zapata, el presidente venezolano hizo uso del derecho a réplica con su intervención en cadena nacional, pero reiteró su rechazo a la idea de que recibe dinero para darle determinado enfoque a sus creaciones.

En medio del debate, el artista sacó nuevamente a relucir su ingenio cuando le preguntó al presidente cuánto había recibido para hacerle tanta publicidad.

Este articulo fue previamente publicado en la web de Efecto Cocuyo

Autor: Andrés Cañizález