A través de las plataformas de Facebook y YouTube de la Asociación Civil Medianálisis se llevó a cabo un homenaje póstumo al reconocido abogado Félix Otamendi Osorio, quién falleció el 9 de junio de 2021 luego de haber dejado evidencia de logros significativos para el país y, particularmente, para el estado Lara.
In Memoriam fue el nombre de la convocatoria por la aún sentida desaparición de Otamendi y que congregó, en un emotivo encuentro entre familiares, amigos e integrantes del Grupo Jirahara, a diferentes voces quienes hablaron de la amplia e impecable trayectoria de quien en vida se consagró al servicio social de la sociedad larense.
Durante casi tres décadas, Otamendi logró configurar un pensamiento, análisis y una perspectiva de país en diversos sentidos, con una amplitud de criterios extraordinaria y con un factor esencial en las discusiones como lo era un ambiente pleno de convivencia, discusión y debate democrático, en palabras del politólogo, sub director del Centro Gumilla, Piero Trepiccione, quien destacó que fue además un gran promotor de la amistad y una importante figura referencial en el país y el estado Lara.

A sus 26 años llega a la ciudad de Barquisimeto para desempeñarse como jefe de Relaciones Públicas de la entonces empresa canadiense Enelbar, cuatro años más tarde, en 1971, fue nombrado presidente de la compañía, en ella realizó una extraordinaria labor consolidando el servicio eléctrico en la capital larense, despertando así admiración nacional por su calidad. Su trabajo ayudó a consolidar a Enelbar en un emblema regional.
El ingeniero Miguel Nucete, organizador del Grupo Jirahara y amigo personal, acentuó la importancia que Félix Otamendi le brindó a la sociedad larense desde sus inicios, resaltó que su relación de amistad comenzó a mediados de los 1990 cuando el hoy recordado abogado se incorporó en representación del estado Lara al directorio ejecutivo de FUDECO, además recordó que trabajaron juntos en el Grupo Santa Lucia y participó por petición especial de Félix en la constitución del Grupo Jirahara, labor que culminó hasta la organización del seminario de 2017, que no pudo realizarse por la compleja situación que afrontó el país ese año, comentó el ingeniero civil.

“Para mi Félix fue como un hermano”, describe Nucette, quien enalteció además el servicio social que brindó Otamendi a un centenar de instituciones y ONG que podían beneficiar a la colectividad barquisimetana, gracias al apoyo de Enelbar a sus proyectos.
Félix Otamendi Alma del grupo Jirahara
El distinguido espacio de encuentro que cada año convocaba en la ciudad crepuscular a las figuras más destacadas del país, con el objetivo de analizar y proponer operaciones productivas para el desarrollo del estado, Nelson Fréitez a quien afectuosamente Otamendi llamó “el poeta”, destacó la labor de la fructífera de experiencia de debate sobre el pensamiento para Venezuela.
“Jirahara logró congregar en sus 29 seminarios ininterrumpidos a un valiosísimo segmento del pensamiento y la iniciativa venezolana”, declaró el profesor Fréitez quién lamentó la “impronta de Félix” con la ausencia en la realización de los seminarios.

Pasión por la gastronomía larense
Sus allegados y su círculo cercano disfrutaron el honor y el privilegio de conocerlo en otra faceta, no muy alejada de la responsabilidad y el compromiso que lo caracterizaba, la pasión por la comida.
Describen sus amigos que era tan importe para él la cocina cómo sus proyectos profesionales y, justamente, lo demostraba en los preparativos de “La Cena de la amistad” en los eventos del grupo Jirahara.
Durante la realización del importante seminario, asistían estratégicos e importantes personalidades, actores claves de la esperanza de un país, recordó María Magda Colmenares, aliada de Otamendi en temas culturales.
Colmenares, que tituló su presentación como Félix Otamendi: el arte de cocinar y compartir una buena mesa, enfatizó en su discurso que fue invitada a formar parte del grupo de amigos y larenses que lo acompañaría a impulsar el libro sobre la gastronomía larense, proyecto que tenía previsto bautizar como: Lara Gastronómica o Lara Suculenta.
Aunque este propósito no fue materializado, Colmenares manifestó que “la idea quedó imaginada en la mente y el corazón Otamendi con su declaración de amor por Barquisimeto”. Además, reveló que “Félix no cocinaba para vender su comida, ni concursar, su premio era compartir la buena mesa en su casa”.
En este momento del homenaje, sus amigos coinciden en que Otamendi fue una persona inteligente con una formación muy amplia, cualidades que, para Sara Otamendi, hija del querido servidor social, es parte de una amistad que transciende en su legado familiar.
Para Sara Otamendi, el arte, la cultura, gastronomía y espiritualidad fueron los valores que se forjaron en los eventos, reuniones, seminarios y hasta en la intimidad de su hogar y que hasta ahora siguen vigentes.
Para cerrar el homenaje póstumo, las tonadas del músico larense Jesús Vásquez, destacado violoncelista de la región, regaló la interpretación de dos piezas musicales: Ensoñación, de Rafael Miguel López, y Flor de la Esperanza, de Marcial Perozo.